lunes, 10 de mayo de 2010

El proyecto de Alan, Parson.



Iridiscencia, calma después de tempestad.
Llevo unas tres horas andando, y cada vez que miro hasta dónde tengo que llegar para rodearlo, no veo más que agua. "-Joder, si fuese un río se movería o algo. Habría una corriente"
He pensado en intentar cruzar a nado. Pero la verdad es que un chapuzón a estas horas de la mañana no apetece con el frío. Es exactamente como dice Iggy, he visto las estrellas escapar del cielo. Parece que el Sol está deseoso de ver a la Luna, como si fuesen amantes secretos, y él hubiese pasado la noche con su mujer. Realmente yo creo que le da miedo la noche, y por eso persigue al día allá donde vaya. No se despegan. Joder, todo ha sido hecho para ti o para mí. Me siento lleno.
Me pregunto qué coño será lo que está pasando. He buscado por todos sitios pero no encuentro lo que busco, y busco una salida. Sigo diferenciando las torres de Plaza Castilla, pero cada vez se alejan más. Echo la vista atrás, el Sol ya me pega en la cara y tengo que fruncir el ceño para poder ver bien.
Pronto me despreocupo, quieren estar solos y corren una cortina de nubes para que nadie les vea. Sucede algo imprevisto, alguien llora, y no son las nubes. Es ALGUIEN.
Pero ¿dónde?
Puede que sea el viento, joder, parecía tan real... Pero como viene se va. ¿Puede que sea el hambre?
Sigo con la mochila y los apuntes guardados. No tengo nada comestible, todavía aguanto. Un estuche del Atleti y unos cuantos bolígrafos, una regla, clips y Tippex.
Todavía hay verde y la temperatura es agradable. No tengo otra cosa que estar conmigo mismo. Decido darme el tiempo que quiero y tumbarme donde sea más cómodo.
El viento corta las briznas de hierba, y susurran. Es melodioso y cálido. Me dejo arropar. Podría tirarme horas arrancando hojitas y pasando la mano para reconocer el relieve sin mirar. Lo estoy pensando, ¿porqué habrá tanta agua y no esté mojada la hierba? A parte de lo que el rocío pudo dejar, no parece que se haya infiltrado nada, la arena está seca y compactada. Mientras intento que algo tenga sentido vuelvo a notar ese calor que te invade la cara y que poco a poco te adormece. Es una batalla perdida, no hay nada que le puedas ofrecer. Todo lo que quieres lo tienes porque te lo da.

Despierta, despierta, despierta, des... Da igual.

Ha ocurrido algo mientras dormía, lo intuyo, las cosas no están como antes. ¿Sabes de lo que te estoy hablando? Es la misma sensación que siente las hormigas cuando les cortas el camino mientras van en fila una detrás de otra o la que sentían los perros de Pavlov cuando sonaba la campana y no había comida.
Algo ha cambiado.
¿Parece que haya menos agua, o es sólo mi imaginación?
Ciertamente a algún sitio debía de ir ¿no?
Paso, hace la temperatura perfecta para un bañito y de paso hago deporte. La ropa es incómoda. La guardo en la mochila, que me había servido de almohada antes.

A por ello.