martes, 17 de agosto de 2010

Diario de abordaje a unas vacaciones merecidas.


Este no va a ser un diario de a bordo cualquiera, tendrá un inicio y un fin, pero no habrá ninguna fecha. Sí que hubo una flecha, pero no la daté tampoco. 

Mensaje de borrador 3: Abrir.




Brasas y cenizas, risas y familia. Música popular, conocida menos que el indie de verdad, pero que con un cancionero solucionamos, y unos cuántos años también. Larios, aguardiente, mejillas sonrojadas y brisa salmatina. Evadido de toda comodidad. No hay mejor manera de empezar unas vacaciones. Para poner la guinda a este pastel aparece una niña de 8 años, Laura, la sal de la tierra, la vitalidad y la inocencia personificada. Prima segunda desconocida hasta el momento.

Fin del primer acto.

No Photo Available. (Por el momento)

Galicia es mañana nublada y tarde que escampa. Eucaliptos y olores fríos. Y un Tecor Societario que nunca he entendido. 

Es la familia la que llega a ser exasperante después de tanto tiempo metido en un coche o simplemente en una cena. Echo de menos muchas cosas, entre ellas el sonido relajante del teclado bajo mis ansiosos dedos.

Estímulos visuales, emocionales y auditivos. Puestas de sol interminables, con los rayos posándose sosegados sobre las nubes, haciendo que estas se sonrojen, y que de tanta pasión terminen por apagarse en un orgasmo cromático de rojoanaranjados y verdeazulados. Para dar paso a las luces tililantes que nos transmiten mensajes secretos, ocultos en algún idioma Morse extraterrestre; cada noche. Muchas de ellas mandan mensajes de socorro, y otras muchas se desesperan, y caen. Por supuesto que caen al agua. Tan fría y dura como la realidad misma. Mientras tanto la arena se organiza en dunas erráticas moldeadas por el revoltoso viento ultramarino. Único motor de las olas. Y motor de todo pelo que se precie.

Las rocas de los acantilados y las calas dejan su firma en las plantas de los pies de caminante irrespetuoso. Que a los pocos días cicatriza, quedando sellado un pacto de no-agresión mutuo.

Por la noche todo toma otro cariz distinto, la arena pasa de ser cálida y confortable, para volverse húmeda y fría. Tomamos al luna y no el sol, y los párpados ceden al deseo nocturno del descanso. 

Nunca hubo paleta, de ningún pintor, que tuviese una gama tan alta de verdes. Hay paisaje imposibles, donde el cielo se diferencia únicamente por una línea confusa en el infinito. Donde las distancias no se distinguen.

Baños de azulejos psicodélicos, y pocas horas de sueño. Mirada cansada e intermitente, parpadeante.

Fuegos de artificio que nos invitan a universos paralelos, con figuras imposibles que se tragan unas a otras y a sí mismas. Bioencuentros casuales fruto de la nocturnidad y la alevosía (HB). Última noche y despedida. Otro  año, que otra vez será. Y me llevo el sabor del oceáno. 

"Mañana es otro día, 
es otra historia"




Vetiver es una planta además de un grupo de música; corazón de jamón, melón o león.
El mensaje nunca ha sido enviado.
Y he descubierto a Jónsi.