domingo, 18 de septiembre de 2011

La noche temática. O el día monocromático. AZUL.


"Esa mañana sí que sonó su despertador.  Él tenía tanto sueño que se había levantado dos o tres veces en la mañana para adelantarlo. Y cuando por fin consiguió saltar de la cama se dió cuenta de que la alfombra estaba muy fría. Apuntó en sus quehaceres el comprar un suelo reflectante de calor y para superar el mal trago se calzó los zapatos de Boogie y caminó hasta la cocina a ritmo de Funk. Se había levantado con el pie derecho esta vez.

Tenía el corazón abierto por reformas, y para nada del mundo iba a dejar de ser como él quería ser. Tras de sí podía ver la estela de su perfume, pero todo aquello era tan difuso que nunca supo el origen. La nevera le miraba desde el fondo, medio vacía (como iba siendo habitual) y no se preocupó demasiado, porque en realidad no tenía tanta hambre.

Antes de salir miró en las notas de limpiador del teléfono fijo.
-Bien, sólo dos o tres cosas pendientes y ningún colgante. Una ducha de verano y el día podía empezar.

Siempre le había parecido muy rudimentario eso de cerrar la llave con la cerradura, en pleno siglo veinte y uno tendría que haber otros mecanismos más seguros y fiables. Y que no pesasen tanto en el bolsillo. Aunque bien podía ser culpa de los pantalones.

El ascensor hacía un trabajoso esfuerzo en vertical y para ahorrarse un trabajo esforzoso  físico que no estaba dispuesto a hacer a esas horas pulsó el botón de las escaleras mecanizadas. Ese sí que le parecía un gran invento, podías llegar a casa sin hacer ruido para que no se despertaran las flores del balcón o podías mantener una conversación a hurtadillas con alguien que no quisiera volver aún a su hogar. 

Nada más pisar el acero de asfalto sintió cómo el sol llovía sobre su rostro mientras que las nubes bailaban alguna danza secreta a escondidas de la sequía.

Pensó.

Hoy.

Mañana.

Quizás nunca llegase a ser todas las cosas que quería ser. Porque a lo mejor no era ese "ser" el correcto y necesario. Quizás nunca llegase a conocer todo aquello que le hubiera gustado conocer. Porque es muy probable que en su ignorancia estuvieran las respuestas. Quizás nunca encontrase aquello que andaba buscando.  Porque puede que nunca lo hubiera perdido del todo."


La vida del hombre es un drama en 4 actos. 
Y él todavía estaba por el 2º.

-Esto continuará en la media en que yo sea yo y no deje de ser los otros. Porque a través de ellos comprendo mi realidad inmediata y la aprecio.
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Tengo mocos en la nariz y la garganta irritada.
Estar malo no mola.


NADA.



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Hoy cuando me he levantado mi cocina olía a tí. 
Seguramente a alguien que oliera a tí.
Y el reloj seguía estando de fondo.

(Debería estar prohibido eso de que alguien se ponga tu perfume. Porque es tuyo.)


Otra cosa que me sucede es que siempre que voy a la sierra paso por los mismos sitios.
Veo los mismos paisajes y todos los pueblos son muy parecidos entre ellos.
Pero nunca voy hacia donde realmente quiero.